Nombre e Identidad individual y colectiva




El nombre de una persona es acorde a su rostro. 


Este lleva consigo el peso de su pasado y moldea su futuro. A lo largo de la historia, los nombres son los que han identificado y definido a los individuos. Establecer una marca personal sólida a través de tu nombre es un método atemporal para presentarte a los demás. Más irónicamente, no elegimos nuestros nombres dados. Aunque si es posible cambiar legalmente tu nombre, ese que te dieron al nacer sigue siendo tu verdadera identidad.


Por ello si observamos a las personas a tu alrededor, podrías notar similitudes entre sus nombres. No es sorpresa que las personas con el mismo nombre puedan exhibir rasgos similares, ya sean amigables o no contigo. Si bien la sociedad a menudo se enfoca en atributos más superficiales como género, raza y vestimenta, tu nombre es como tu cara espiritual en este mundo.

Así como el mismo Dios se reserva nombres secretos para amigos y seres queridos, las personas también adquieren nombres alternativos que reflejan cómo los demás los perciben. Estos "nuevos nombres" surgen en función de características que se alinean con un apodo específico. En consecuencia, es posible que te conozcan por diferentes nombres en diferentes contextos, reflejando los roles únicos que desempeñas y las situaciones que enfrentas, véase en el trabajo y en la casa.

Mas sin dudarlo, el gran cambio histórico de los nombres es protagonizado por la Biblia, la cual a lo largo del tiempo en Europa y el resto del mundo transformó los nombres tribales típicos (De Breogam a Abraham) en una colección de nombres bíblicos. Porque: ¿Cuántas personas llamadas José o María conoces? Evidentemente las tradiciones familiares y los secretos ocultos contribuyen a que los nombres sean transmitidos de generación en generación. Es más Curiosamente, el  repetir el nombre de una familar alguien puede incluso desencadenar similitudes en el destino, con ciertos aspectos adicionales alineándose de “manera misteriosa“.

Actualmente en las sociedades occidentales, donde la importancia de la herencia judeocristiana ha disminuido, estos nuevos nombres simbolizan un alejamiento de las costumbres históricas. De manera similar también ocurre  en oriente medio con nombres como Mohammed y Jasmin los cuales dominan regiones islámicas, mientras que en rincones distantes como China, nombres como Min, Wei y Hao son dominantes.

Por ello creo que  estamos en una época notable en la que las personas buscan algo más profundo que la identidad dada: nacionalidad, pasaporte, raza, género o estatus social... Si no que desean algo más único y personal, algo que realmente atrapa la esencia del alma la cual aspira a Ser en este momento, un NOMBRE.


Si crees que es interesante estoy aquí para ayudarte a poner nombres a niños, empresas o productos. Ya que visto lo visto en este mundo creo que  tengo mucho por hacer.