El poder de la negación




Como muchos habran leido en el génesis, este “comienza“ siendo la misma palabra una propia contradicción en sí misma. Ya que ¿Como se puede comenzar algo negándolo ?

Singularmente en sí la propia negación es un no-comienzo por sí. Ya que Dios es quien decide no-comenzar negándose a sí mismo, en un acto de omnipotencia absoluta el propio Creador decide autolimitarse para “ser un más yo“. Siendo este un sumatorio estrictamente irreal porque todas las partículas ya estaban incluidas en su yo inicial, con lo cual no es posible sumar o restar, ya que es un finitamente infinito.

Por eso es que con la palabra primogénita El Dios se limita y a la vez diversifica, creando múltiples sonidos acordes a cada fuente de luz que habitan en el universo, con lo cual en la sinfonía inicial surgió la palabra OM que comparado con el “Dios Dijo“ tiene poco valor pedagógico. Porque justamente en el comienzo de cada palabra se encuentra la cabeza del todo que sigue después, vease especialmente en los Nombres, El poder del nombre.

Con lo cual la Enseñanza o Bendición inicial que encontramos en la palabra comienzo (Bereshit) es la capacidad constructiva del NO-YO. Ya que técnicamente el hacer una construcción es separarla del resto, véase una casa frente al resto del mundo. Por eso cada palabra inicial expresada necesita un lugar para retener-contener ese poder proyectado y expresado en nuestro universo, siendo la imaginación ilimitada frente a los límites materiales.

Por ello, cuando se redacta una Bendición, sea con un Buen nombre a un buen recipiente humano este requiere de dos elementos, el poder del junco y la intención de la tinta porque nuestra intención es la fuerza marcial que impulsa lo pensado durante el tiempo, siendo nuestro presente el pergamino de la propia acción-pensada.

Así es que una vez entendido el acto de Humildad absoluta del Creador, observamos que es lo que había como presente en su momento de creación, un Tohu va-bohu unas Aguas Infinitas y Nieblas que ocultan el todo. De las cuales estas aguas son emociones unificadas que esperaban ser agitadas con la vibración de la palabra del Creador (Beraja/Bendición). Fue el insufló divino que hizo un sonido que agitó el agua y apartó las nieblas para que creasen un espacio distinto, una realidad, un objeto, un Ser. Con lo cual lo meditado por El Creador fue imaginado, siendo su emoción expresada lo que le llevó a transformar la materia, negando el Tohu y va-bohu unificador.

Por eso es que cuando negamos el ego y somos humildes estamos al mismo nivel que el mismísimo Creador del universo. Con lo cual se logra una total omnipotencia que sencillamente observamos en ciertas acciones cotidianas, véase: el dedicarse al estudio conlleva un beneficio, las restricciones alimentarias conducen a la buena salud, la tortura del gimnasio premia con un buen cuerpo... Son esas pequeñas elecciones las que van creando sutiles matices entre los humanos, que son simplificados con la teoría de Seleccion K vs R

Así es que como el Señor de los anillos va creando a medida que va pasando el tiempo y son nuestras emociones proyectadas las que van trazando nuevos pergaminos, alfabetos, letras y sonidos. Siendo todas hijas del Alfabeto primordial, el hebreo.